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El Mercurio: Prevención de fraudes en sector financiero


Este 13 de enero, la Comunidad Europea puso en vigencia una nueva regulación para evitar fraudes en los mercados de pago europeos. La llamada PSD2 (PaymentServiceDirective 2) obligará a los emisores financieros a utilizar tecnología para verificar la identidad de los usuarios para bajar así los fraudes por suplantación, o sea, que otro se apropie de la identidad de una persona para usar maliciosamente su medio de pago. En términos específicos, la exigencia apunta a tener dos verificaciones tecnológicas para comprobar la identidad de un cliente: algo que el individuo sepa (password u otro); algo que posea (digipass, token o un teléfono celular) o algo que evidencie que el individuo es (biometría como huella dactilar o facial). Lo que está haciendo Europa es parte de RegTech o Regulaciones Tecnológicas, una corriente que ya está dominando el sector financiero y que busca la convergencia entre los nuevos avances y normativas acordes que permitan a bancos, retailers y otros oferentes dar una mayor seguridad y eficiencia para sus clientes y usuarios. Este nuevo escenario financiero en el mundo plantea nuevos y grandes desafíos para Chile, sobre todo considerando las cifras en nuestro país: Según la Subsecretaría de prevención del delito, entre enero y octubre de 2017 han ocurrido más de 38 mil fraudes a tarjetas bancarias, movilizando al gobierno a realizar cuatro campañas en lo que va del año para informar a la ciudadanía sobre los riesgos en el mal uso de estos medios de pagos. Si bien se valoran los esfuerzos, existe un problema de enfoque puesto los recursos y la voluntad política están puestos en el cyber crimen y no en la seguridad financiera. Hoy el Estado invierte en políticas criminales en vez de impulsar nuevas regulaciones que pongan el acento en las obligaciones de los emisores financieros para modernizar sus sistemas de verificación de identidad y evitar así los delitos de suplantación. Actualmente en Chile existen más de 30 millones de tarjetas de débito y crédito. El pronto debut de las tarjetas de crédito prepago, ampliará aun más el sistema de bancarización a nuevos usuarios. Ante esto, la Superintendencia de Bancos e Instituciones Financieras (SBIF) lanzó hace un par de semanas una normativa para el funcionamiento de estos nuevos “plásticos”, el cual dista de tener una mirada RegTech que sitúe el énfasis en la prevención y cambie la forma de verificar la identidad de un usuario. Ciertamente aun falta trecho para esta modernización. Sin embargo, la tecnología ya existe y está en Chile. Usar la huella dactilar para retirar efectivo de un Cajero Automático o hacer una compra física u online usando la cara como medio de comprobación de identidad ya es una realidad y con un alto nivel de certeza y seguridad, puesto son procedimientos únicos, sin base de datos, que permiten al ente financiero tener un 100% de certeza del usuario con quien está tratando, lo que además ahorrar tiempos, costos y horas hombre. Hace unos meses se presentó en el Senado una moción parlamentaria que buscaba proteger a los usuarios de las futuras tarjetas prepago presionando para que los bancos respondiesen ante posibles delitos. Ciertamente esta no es la solución, la iniciativa carecía absolutamente de estándares internacionales en prevención tecnológica y nuevas reglas para la verificación de identidad. No ataquemos una de las más grandes enfermedades del sector financiero con aspirinas. Es urgente una cirugía de raíz que, tal como ya lo hizo la Comunidad Europea, permita a Chile dar un paso adelante hacia la modernización financiera. La solución está, a la vuelta de la esquina.

Fuente: El Mercurio - Cuerpo B - 6 de feb 2018